sin más aviso que el inesperado
timbrar del teléfono
me dejaste fría.
con tan sólo algunas frases
cambiaste mi vida
me quedé temblando
ante esas palabras fugaces
yo no la había invitado
en realidad no lo esperaba
no quería que entrara
pero la soledad había llegado
Quise hallar una pizca de tristeza,
un indicio de gratitud o de pena,
pero su voz no decía más que
ahora mi corazón está puesto en "esa"
Me aferro a mi orgullo
no voy a llorar,
pero he de confesar
que mi corazón era suyo
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